Finca Marisánchez, 13 de octubre 2011.- ¿Es saludable una copa de vino al día?. Responde Valentín Fuster, uno de los cardiólogos más prestigiosos internacionalmente: “Un consumo moderado de alcohol, equivalente a uno o dos vasos de vino al día, reduce el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular en un 25%, lo cual es un beneficio extraordinario. En personas que ya están enfermas, reduce la mortalidad también en un 25%. Si se inventara un fármaco que tuviera esta eficacia, es decir, que evitara dos o tres de cada diez muertes por enfermedad cardiovasculares, sería un avance extraordinario”. Todos las declaraciones de Valentín Fuster son extractos de su libro: “La Ciencia de la Salud”, Editorial Planeta, año 2006. Bodegas Real activó en sus Redes Sociales para este mes de
octubre: #unacopadevinoaldía, conscientes de los evidentes beneficios del consumo moderado de vino diariamente. Y moderado significa una copa de vino al día para las mujeres y dos copas de vino al día para los hombres, según Valentín Fuster.
Según explica este cardiólogo español en dicha obra los beneficios del vaso diario de vino se popularizaron en los años ochenta cuando se empezó a hablar de la paradoja francesa. La paradoja era que Francia, con su tradición de quesos grasos, de cruasanes de mantequilla y de carne de vacuno, y con un consumo de grasas saturadas similar al de Estados Unidos, tenía sin embargo unas tasas de
enfermedad coronaria mucho más bajas. ¿Dónde estaba la diferencia?. Una parte se explicaba por el mayor consumo de frutas y hortalizas que se da en la cocina francesa. Pero la diferencia era tan abismal que tenía que haber algo más. Ese algo más podía ser el vino. Valentin Fuster destaca que investigaciones más recientes han confirmado que el vino efectivamente protege el corazón y las arterias. Y han explicado cómo lo hace. Se ha descubierto que tiene una potente acción anticoagulante, comparable a la de la aspirina. Y se ha visto que inhibe la coagulación en varios frentes a la vez: por un lado, inhibe la acción de las plaquetas –unos diminutos componentes de la sangre, de los que hay 250 millones en cada centímetro cúbico, que están especializados en formar coágulos-; reduce al mismo tiempo la producción de fibrinógeno-una proteína necesaria para la coagulación y reduce la producción de factor tisular-otra proteína coagulante.
Otros beneficios del consumo moderado
Valentín Fuster añade que el vino además es un potente antiinflamatorio, capaz de reducir los niveles de proteína C reactiva en la sangre y de apaciguar los monocitos del sistema inmunitario para que no se desencadenen un infarto. Es bueno para la gestión de las grasas, ya que es capaz de incrementar en nada menos que un 12% los niveles de colesterol HDL, el colesterol bueno. Es bueno para la gestión de los azúcares, ya que refuerza la eficacia de la insulina para regular el nivel de glucosa en la sangre. Contiene sustancias antioxidantes, aunque no sabemos hasta qué punto estas sustancias tienen una influencia relevante en la prevención cardiovascular. Y, tomado con moderación, es un vasodilatador que puede ayudar a controlar la tensión arterial. En concreto, y volvemos a insistir, una copa diaria de vino para las mujeres y dos copas diarias para los hombres.
Fuster describe aún más ventajas: “Reduce en cerca de un 30% el riesgo de sufrir accidentes vasculares cerebrales como embolias. Asimismo, el riesgo de enfermedad vascular periférica, en la que los problemas de riego sanguíneo en las piernas hacen que algo tan sencillo como caminar se convierta en un suplicio, disminuye con un consumo moderado de vino”.
Este cardiólogo aclara: “No se ha demostrado que el vino tenga ninguna utilidad en la prevención de ningún tipo de cáncer. Eso sí, se ha descubierto que el tinto contiene una sustancia, el resveratrol que inhibe la proliferación de células cancerosas en el laboratorio. Pero el cuerpo humano es un sistema infinitamente más complejo que un cultivo de células en un laboratorio y ningún estudio ha
demostrado que el resveratrol del vino reduzca el riesgo de cáncer, ni mejore la evolución de los pacientes a quienes se ha diagnosticado”.